La sofrología (sofrodanza) transformó completamente la vida personal y profesional de Monica Fostescu, bailarina y coreógrafa alemana, que propone el método Danza & Sofrología con el objetivo de redescubrir la propia anatomía y hace aflorar un cúmulo de sensaciones, sentimientos y pensamientos para alcanzar el conocimiento propio del individuo.
Su eficacia está probada en trastornos médicos, sociales, físicos y de desarrollo. Se trata de una disciplina dinámica y viva que estimula el positivo sin perder de vista la realidad vivida por el individuo.
Sin embargo, no debe confundirse con una clase de danza o gimnasia tradicional sino en una terapia donde la motivación, la concentración, la resistencia al estrés y al miedo, y la energía física son sus principales elementos.
El cuerpo como herramienta principal
En Danza & Sofrología el cuerpo se convierte en la herramienta fundamental gracias a la cual el individuo aprende a estar bien consigo mismo, vaciar la mente y reencontrar aquella energía de la que gozaba durante la niñez. De este modo se liberan tensiones y bloqueos y se percibe una mejora en la circulación sanguínea y el tono muscular.
Del mismo modo, se consiguen encontrar dentro de uno mismo aquellas emociones que se expresan difícilmente de forma verbal como el malhumor, la frustración o el sentimiento de aislamiento.
Este método se estructura en dos ciclos:
- Un primer ciclo formado por tres niveles y quince lecciones.
- Un segundo ciclo formado por siete lecciones y donde se combina el desarrollo personal, la investigación y el entrenamiento sofrológico.
Primer ciclo del método Danza & Sofrología
El principal objetivo de este primer ciclo es descubrir la consciencia del cuerpo en la dimensión presencial, así como el descubrimiento de los sentimientos y los valores propios.
A continuación, el método se centra en el aprendizaje y la explotación de las dos funciones esenciales de la personalidad: el pensamiento y la sensorialidad. Con un entrenamiento progresivo de la danza y de las sesiones de Sofrología, los participantes logran acceder a la parte más recóndita de su personalidad, sus sentimientos e intuición.
Pero no solo eso, ya que también son capaces de reforzar la capacidad para calmar su discurso interior, aprender a ralentizar la emergencia de las ideas parásitas y a desarrollar un sentimiento de serenidad. Ello se traduce en un reforzamiento de la capacidad de concentración y memoria, al mismo tiempo que se recupera la armonía del cuerpo y se presta una atención particular a la respiración – tomando consciencia de esta.
Segundo ciclo: aprender a desvelar y a sentir la intuición
A través de la meditación y la contemplación del individuo, así como del lenguaje artístico del movimiento, el sofronizado armoniza sus sentimientos, sus pensamientos y su intuición gracias al control de la respiración.
Tanto los sentimientos como la intuición crean el equilibrio perfecto de la personalidad del individuo, y gracias a ellos es capaz de emitir juicios. Las sesiones de Danza & Sofrología ayudan a reconocer todas estas funciones y a activarlas, lo que revela finalmente el espíritu creativo de cada ser humano.
Asimismo, el sistema inmunitario también se ve reforzado gracias a la fuerza del pensamiento. El cerebro es el encargado de intervenir en el refuerzo y la curación de cualquier síntoma gracias al estímulo sensorial y perceptivo de todas las células inmunitarias.
Para finalizar, cabe señalar que este método ya ha sido aplicado en distintas academias de baile donde ha aportado claros beneficios a muchos bailarines, un colectivo muy exigente consigo mismo como consecuencia del desarrollo de su capacidad de creación a partir de lo que ellos consideran como sus propios límites de imperfección física, psicológica o artística. Es el hecho de sobrepasar sus propios límites lo que los conduce al éxito, y por ello la Sofrología se convierte en una de las mejores técnicas para alcanzar sus objetivos.
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