La respiración utilizada en sofrología, la respiración diafragmática pausada, es la técnica más efectiva para reducir la tensión física y mental.
¿Cómo podemos lograr una respiración diafragmática?
La respiración «normal» se convierte en «abdominal o diafragmática» solo con dilatar las paredes del abdomen al inspirar (al introducir el aire en nuestros pulmones). Después dejamos que los músculos que forman estas paredes, de forma pasiva y lenta, vuelvan a su posición inicial. El siguiente paso será pausar la respiración. En cada pausa en la que contamos hasta dos «robamos» algunos segundos a nuestra función respiratoria y conseguimos disminuir su frecuencia.
La disminución de la frecuencia respiratoria —voluntaria y consciente— provoca que nuestro cerebro dé órdenes de bienestar a todo el cuerpo.
Estos son algunos de los beneficios que obtenemos con los ejercicios respiratorios que practicamos en Sofrología:
- Mejoran el aporte de oxígeno a los órganos vitales, especialmente al cerebro
- Nos «presentan» a nuestro cuerpo.
- Nos concentran en él.
- Nos enseñan a no juzgar.
- Si disminuimos voluntariamente la frecuencia de sus ciclos, nos aportan, debido a la activación parasimpática, una agradable sensación de bienestar.
- Fortalecen nuestra atención y concentración.
- Son una referencia que pone en evidenia la presencia de pensamientos automáticos no queridos («ruido interior»).
- Nos apartan de ese «ruido interior».
- Nos dan, siempre, la oportunidad de volver a empezar.
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